domingo, 11 de octubre de 2009

México va al Mundial

La Tarde de los 100 mil Guerreros

La siguiente es la historia de los 100 mil guerreros…

La tarde del sábado 10 de octubre fue como uno de esos relatos que se vuelve leyenda. Un día que jamás se borrará de las memorias.

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Se trata de una historia apasionante que tuvo su inicio hace más de un año. Se tuvo que sudar, luchar, perder, ganar,  caer y levantarse,  usar todas las armas,  jugar en equipo. La estrategia funcionó. La valentía, el orgullo y la pasión de todos,  llevó al objetivo.

El ejército verde tuvo que recorrer grandes distancias para librar cada una de sus batallas, de Canadá a Jamaica, de Honduras a Estados Unidos, recorrieron el norte y el centro de América. Incansables y comprometidos, lo lograron.

En las mentes de todos ellos estaba sólo una cosa, un lugar, Sudáfrica 2010. El sitio de la máxima batalla, ese al que desde hace 16 años no faltan. Y estarán ahí.

Pero hubo una última parada, la que contarán estas letras. El escenario fue el Estadio Azteca.

Con sus armaduras de gala llegaron al campo los 100 mil guerreros. Imponentes y cómodos, con aire de victoria, con su ola como arma intimidante. Con sus tres colores tatuados, el verde, el blanco y el rojo; con su bandera al frente, con sus distintivos en la espalda, con sus enormes sombreros  que sirven como cascos. La guerra del futbol, en México, es pura pasión.

Pese a que se trata de una guerra, el color blanco de paz es el que manda, plasmado en el balón. Sólo se trata de jugar, de deporte, de buscar un boleto al mundial, de salir y pisar la cancha con decisión para conseguir goles, perforar la meta rival.

Y la batalla de hoy, pese a que terminó siendo verde, tuvo dos lados;  cien mil guerreros mexicanos y un equipo salvadoreño, fuerte, de garra, pero visitante al fin.

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El preámbulo de la gran lucha, se dio en la cima del coloso, un ejército de azules desgastó sus gargantas y agotó sus energías para impulsar a sus protagonistas; el otro contendiente fue infinitamente superior en las alturas, hizo eco en todo el país con su ¡México, México!

A un paso de la batalla, en la entonación de los himnos, se dio la orden: “Mexicanos al grito de guerra…”. Con la presencia del símbolo patrio, todo quedó listo. La bandera encabezó la obtención del sueño.

Nada podía pasar sin la presencia de testigos de lugar soñado. Fueron abejas las enviadas al campo de batalla, se volvieron testigos del equipo que  las visitará en el 2010. Curioso, pero el futbol es así, de situaciones inesperadas.

La estrategia llevó a los de armadura verde  a vulnerar a su rival. En las redes se quedó el balón como símbolo de triunfo. Fue uno de los salvadoreños quien colaboró con el impacto, pero contó para México.

Duelo también en el agua. La afición local de más de 100 mil guerreros, secó los apoyos salvadoreños y les recordó el gol en todo momento. Los cuscatlecos trajeron la marea, se movían de un lado al otro simulando el movimiento de las aguas, tenían el azul en sus playeras; a los mexicanos les bastó una ola para dominar los mares. La afición nunca se rinde, siempre gana.

Y así, aparecieron esos cánticos de victoria, como en las narraciones épicas: “Canta y no llores…”, dijo el gran ejército, que unido dejaba claro que alguien había ganado.

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Caía la tarde y esta historia llegaba a su fin. Fue el que tiene un 10 tatuado en la espalda quien puso la V de victoria en su cara. Les dijo a sus 100 mil aliados: tranquilos, ganamos ¡Nos vamos al mundial!

Después, como gran líder, se fue entre aplausos, un reconocimiento innegable.

Se prendieron las luces. Se iluminó una batalla deportiva que brillaba sólo con un color, que mostraba una armadura, que preparaba el barco para viajar a Sudáfrica. México, el Tricolor, los verdes, jugarán el Mundial en Sudáfrica 2010.

Esta historia tiene un final feliz. Sí, se ganó la lucha. El boleto está en las manos.

No fueron sólo 11, sino 100 mil los guerreros, que ahora, tendrán su prueba de fuego, la Copa del Mundo.

Mientras, hay que festejar.

¡Nos vamos al mundial!


Dirección de Comunicación

Extinción del organismo Luz y Fuerza del centro

El Ejecutivo Federal publicó el Decreto por el que se extingue al organismo descentralizado Luz y Fuerza del Centro
Domingo, 11 de Octubre de 2009 | Comunicado

Comunicado 184
Secretaría de Gobernación
Ciudad de México


El día de hoy, el Ejecutivo Federal publicó el Decreto por el que se extingue al organismo descentralizado Luz y Fuerza del Centro, con base en lo dispuesto por el artículo 16 de la Ley Federal de las Entidades Paraestatales, el cual prevé como causa de extinción de los organismos descentralizados, que su funcionamiento no resulte ya conveniente desde el punto de vista de la economía nacional o del interés público.

Luz y Fuerza del Centro enfrentaba una situación financiera insostenible, que requería de una transferencia cada vez mayor de recursos con cargo a todos los mexicanos. Tan sólo en 2009, el subsidio al organismo es equiparable a casi la totalidad del presupuesto anual del Programa Oportunidades -el principal programa de combate a la pobreza y que beneficia a más de 25 millones de mexicanos- o dos veces el presupuesto de la UNAM, que conforma una comunidad de más de 350 mil personas. De seguir así las cosas, durante esta administración hubiera sido necesario transferir al organismo más de 300 mil millones de pesos. Esto equivale a lo que se requeriría para construir un millón 200 mil viviendas de interés social. De no haber actuado, esa cantidad seguiría creciendo hasta hacerse impagable en el futuro.

En estos momentos de dificultad económica, derivados de la crisis internacional, tanto el gobierno como los ciudadanos tenemos que realizar un esfuerzo extraordinario. Mantener estas transferencias hubiera implicado elevar las tarifas de manera desproporcionada y pedir más impuestos a los contribuyentes.

Las condiciones establecidas en el contrato laboral impedían la operación eficaz de la empresa, a través de una coadministración con el sindicato que fue deteriorando la operación del organismo. Prácticamente todas las decisiones de Luz y Fuerza del Centro tenían que tomarse en función de las demandas del sindicato y no de los intereses de los usuarios, a quienes debía servir. Eso mermó severamente su productividad: mientras que en la Comisión Federal de Electricidad (CFE) la relación es de 2500 megawatts-hora vendidos por cada trabajador, en Luz y Fuerza del Centro es de apenas 730 megawatts-hora vendidos por trabajador.

Al momento de su extinción, Luz y Fuerza del Centro registraba pérdidas de casi la tercera parte de la electricidad que distribuía –comparado con alrededor del 10 por ciento que registra la CFE– y su plantilla de trabajadores crecía permanente y desproporcionadamente, no en función de las necesidades del servicio eléctrico sino en función de las exigencias del sindicato. En la Comisión Federal de Electricidad hay un trabajador de distribución por cada 627 usuarios. En cambio, en Luz y Fuerza del Centro había un trabajador de distribución por sólo 291 usuarios.

Por otra parte, la jubilación prevista en el contrato colectivo -que permite que muchos trabajadores se jubilen antes de los 50 años de edad- establece que los trabajadores jubilados sindicalizados reciban en promedio 3.3 veces el salario promedio de los trabajadores en activo y que cada uno por ciento de aumento salarial a los trabajadores en activo repercutiese en un incremento casi del doble en el ingreso de los jubilados. Esto hacía que Luz y Fuerza del Centro tuviera un pasivo laboral insostenible y no contara con la reserva financiera para respaldar las jubilaciones.

Los problemas de eficiencia, capacidad de distribución y calidad en el servicio tenían además un impacto negativo en la economía de la zona centro del país, ya que desalentaban las inversiones y oportunidades de empleo. Al punto que en este momento tiene solicitudes para aumentar en cerca del 10 por ciento la capacidad de distribución en el Distrito Federal, que no ha podido atender. Las cadenas de autoservicio en el Valle de México han tenido que invertir en promedio 400 millones de pesos cada una para suplir las deficiencias de suministro eléctrico.

Antes de tomar esta decisión, el gobierno federal realizó numerosos esfuerzos para elevar la productividad y mejorar el servicio que brinda este organismo a través de acuerdo y convenios con el sindicato, sin haber logrado avances.

Luz y Fuerza del Centro prestaba el servicio público de energía eléctrica en el Distrito Federal, 82 municipios del Estado de México, 45 de Hidalgo, 2 de Morelos y 3 de Puebla. A partir de esta fecha, el Servicio de Administración y Enajenación de Bienes, organismo descentralizado de la Administración Pública Federal, ha asumido la función de liquidar a Luz y Fuerza del Centro y ha dispuesto que los bienes necesarios para la prestación de dicho servicio, sean utilizados por la Comisión Federal de Electricidad, conforme a lo dispuesto en la Ley del Servicio Público de Energía Eléctrica.

Esta decisión permitirá mejorar sustancialmente la atención al cliente y proveer un suministro eléctrico más eficiente, a través de una mejor infraestructura, como ocurre en el resto del país. Así, la extinción de Luz y Fuerza del Centro traerá importantes beneficios no sólo porque permitirá que los recursos públicos empleados hasta ahora para subsidiar al organismo se canalicen a prioridades sociales, sino también porque un servicio eléctrico con mayor capacidad y de mejor calidad contribuirá a impulsar el crecimiento, la competitividad y el empleo en la zona centro del país. Con un mejor servicio eléctrico que contribuya a la buena operación de las empresas, se fomentará el establecimiento de más centros comerciales, oficinas y fábricas, lo que redundará en la creación de más y mejores empleos.

Esta medida no implica la privatización del servicio eléctrico. La prestación de dicho servicio seguirá a cargo del Estado como lo ordena la Constitución y la Ley en la materia.

A los usuarios se les informa que el servicio de energía eléctrica seguirá brindándose con toda normalidad y se pone a su disposición el número telefónico 071 para cualquier reporte sobre el servicio.

A los trabajadores de Luz y Fuerza del Centro se les comunica que se respetarán plenamente sus derechos de acuerdo al Contrato Colectivo de Trabajo y a la Ley Federal del Trabajo, y a los jubilados, que el Gobierno Federal asumirá el pago y garantizará las jubilaciones. Para cualquier duda se pone a su disposición el número telefónico 01800 8010LUZ y la página electrónica www.lfc.gob.mx.

Ante la crisis económica que se vive a nivel internacional, es necesario hacer más con menos. El gobierno federal debe hacer un uso más eficiente de los recursos que son de todos los mexicanos y canalizarlos a las prioridades de la gente, como el combate a la pobreza y la inversión en salud y educación, así como la seguridad pública.

Con esta decisión, el gobierno federal refrenda su compromiso de impulsar los cambios de fondo que el país requiere para el bienestar de todos los mexicanos.

Fuente: Dirección de Comunicación Social. Secretaría de Gobernación. (SEGOB).